lunes, 3 de septiembre de 2012


Los primeros cincuenta años.
Carlos Iván Flores Hernández, al cumplir 50 años.

Hoy he cumplido cincuenta años, mis primeros cincuenta años. Al cumplir cincuenta años surgen muchas preguntas, al menos así me ha parecido hacerlas. ¿Qué he hecho con los primeros 18.000 días de mi vida? ¿He logrado lo que me propuse hacer en los primeros cincuenta años de mi vida? ¿En qué objetivos debo centrarse desde ahora? ¿Estoy satisfecho con los primeros cincuenta años de mi vida? ¿He cumplido con mi potencial?

Pensándolo bien llegue a los cincuenta, sin siquiera darme cuenta. Ni pensé cuan pronto llegaría a los cincuenta años, pero ahora que estoy aquí, hay que asumirlo y agradecerlo. Creo que eso se llama perspectiva.

Entonces, cuando miro hacia adelante a la siguiente fase de la vida y, específicamente, en los próximos 10 años, es hora de tomar algunas decisiones sobre la base de los primeros 50, y en concreto los últimos 10 años.

Entre los hitos de los últimos 10 años están: Naara y yo celebramos nuestro 25 aniversario de boda y ministerio, juntos hemos pasado una vida bendecida, viviendo feliz y tranquila. Tuve la bendición de compartir la celebración de los 50 años de matrimonio de mis padres, Carlos y Rosa. He visto a mis bellas hijas crecer y desarrollarse, y ahora nuestras esperanzas se proyectan en nuestra bella nieta.  Todo en la última década.

Ministerialmente terminamos un ministerio de casi diez años en la República Dominicana, apoyando igualmente a la isla de Cuba. Regresamos a Chile, con la alegría de haber visto la mano de Dios en nuestra estada en el Caribe, desde nuestra llegada a Chile dedique los últimos cinco años a la enseñanza y conducción del Seminario Teológico de Temuco. Todo en la última década.

Yo no podría haberme imaginado las muchas cosas maravillosas e increíbles que me han pasado en mi vida, sobre todo a partir de los 40 años hasta los 50. Entonces, ¿qué nuevos hitos vamos a celebrar en la próxima década de la vida? Yo sospecho que habrá decepciones, dolores de cabeza y dificultades que de seguro Dios utilizará para equilibrar los triunfos y derrotas, amarguras y felicidades.

Hay 101 cosas que ojalá hubiera hecho o podría haber hecho mejor, pero no lo hice.

A estas alturas estoy haciendo algunos cambios que serán inmediatos y otros que tomarán un poco de tiempo. Por ahora hemos iniciado la última etapa de ministerio pastoral, esta vez en la ciudad de Iquique, en el árido norte de Chile. ¿Qué me gustaría? Me gustaría ser de mayor servicio a mi comunidad, la iglesia y el país. Teniendo en cuenta las experiencias de mis primeros cincuenta años de vida, me proyecto hacia la meta, por cierto olvidando lo que queda atrás con tal de ser grato al Señor en los próximos años que Dios me dará. Hay que seguir viviendo.

Mi esposa y yo siempre hemos planeado servir a nuestra iglesia en la misión de llevar a otros el mensaje de esperanza que tenemos en Cristo, lo hemos realizado juntos y seguiremos juntos. Probablemente trabajaré como lo inicie hace 30 años. ¿Quién sabe? Tal voluntad sucede en mis 50 y proyectados 60 años – el Señor lo sabe.

Llegue a los cincuenta, sin contar los 18.000 días pasados, solo he podido comprobar que Dios ha sido fiel, y mi anhelo es que él me considere fiel. Ciertamente he tenido una vida encantadora. Cincuenta años de bendición.

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