miércoles, 26 de diciembre de 2012


Carta Pastoral a Iglesia ACYM - Iquique
DE FIN E INICIO DE AÑO 
Esforcémonos por conocer al SEÑOR!" - Oseas 6:3


Iquique, 26 de diciembre del 2012.

Estimados hermanos y hermanas ACYM - Iquique:

Imaginémonos apretando una naranja, ¿qué esperamos que salga?, jugo de naranja - porque eso es lo que hay dentro. Y cuando a nosotros somos presionando, ¿que sale desde dentro de nosotros? ¿Es algo tolerante, o algo indigno? ¿Algo digno, o algo vergonzoso? ¿Algo convincente o solo excusas? Como cristianos en los días pasados, nos hemos visto confrontados con una legislación contraria que facilita prácticas inmorales, en pro del aborto o los matrimonios del mismo sexo. Lo que creemos acerca del pecado y la salvación, la encarnación y la expiación, la resurrección y la nueva vida han estado cuestionados profundamente.


Estamos por comenzar un nuevo año, 2013. Con ello se nos presenta una nueva oportunidad para expresar la esperanza que hay en nosotros. Les quiero desafiar a que no dudemos en decir al mundo el mensaje radical del Evangelio, ese que cambia vidas. Eso es lo que está presionando dentro de nosotros y está anhelando de salir. Si decimos que tenemos fe tenemos que demostrar nuestras vida nueva, nuestros actos de amor y servicio, nuestro amor por los demás.


Escribo estas palabras para animarles a mostrar nuestra fe en lo que hacemos. La fe y las acciones de trabajar juntos. Nuestras acciones deben hablar más alto que las palabras. Anhelo a que juntos compartamos con los demás quién es Jesucristo. Para ello, nosotros tenemos que conocer a Jesucristo personalmente y vivenciarlo en todo lo que hacemos. Lograr eso deberá ser nuestra tarea principal. Sólo entonces seremos capaces de evangelizar a otros. Hablar de Cristo de manera efectiva significa la comprensión de cómo la Encarnación de Jesucristo muestra el amor de Dios por nosotros (Juan 3:16). Estamos desafiados como iglesia local a ofrecer gracia y bendiciones para hacer frente a las tareas diarias de la vida. Igualmente, les animo a perseverar en la comunión de los santos, a perseverar en su congregación, de verdad que no encontraremos una iglesia local perfecta en todos sus detalles, pero su edificación nos debe llenar de esperanza. Para este año que iniciamos les quiero desafiar con un texto de Oseas 6:3:“¡Esforcémonos por conocer al Señor!”. 

Esa palabra de Dios es un llamado a convertirnos diariamente para ser servidores del Evangelio, para impresionar a los demás con lo bueno que hay dentro de nosotros mismos, lo que hemos recibido por Gracia y que nos permite seguir los caminos de Cristo. Luego, nuestros caminos estarán en el corazón de todo lo que hacemos. Jesús debe ser natural en nosotros y debemos expresarlo en la forma de alguien que conocemos bien.

Ser Cristo-céntrico, como es nuestro llamado, es estar arraigados en Cristo. El énfasis está en poner a Cristo primero, todo lo demás después, y al último de todos nosotros mismos. Dondequiera que estemos (en casa, en el trabajo, en lugares públicos, etc.), nuestra fe nos llama a desarrollar un espíritu de honestidad e integridad, pensando siempre en los demás, atendiendo a sus necesidades y respetando su dignidad.

También significa hablar abierta y francamente, pero con justicia y caridad, sin juzgar ni reprochar, para que otros escuchen y respondan positivamente. Tenemos la alta tarea de proclamar el Reino de Dios. Anunciar el Nombre de Jesucristo como el Camino, la Verdad y la Vida y creer en la existencia de la vida eterna.   

Como vuestro pastor les animo a hacer nuevos esfuerzos para volver a encender nuestra fe y nuestra esperanza para el futuro. La palabra de Dios no volverá a él vacía, así habrá cumplido su propósito en nosotros y a través de nosotros. Este año que se avecina es un llamado de fe a nosotros para ser y hacer más, para entrar en un mundo de riesgo, peligro y desafío. Esto significa perturbar nuestra paz y comodidad, nuestra complacencia y la indiferencia que nos han llevado en el pasado a la esperanza de que alguien más tome la iniciativa en lugar de nosotros. El Señor y la  iglesia te necesita a ti, con tus dones y entrega de amor.

Cristo quiere que seas Su discípulo, para abrir una puerta de fe en tu corazón y mente, para dar sal al que lo necesita y para restaurar su brillo a la luz del Evangelio, y para que nosotros entendamos nuestros compromisos cristianos de manera real y verdaderamente en serio. 

Estimados hermanos y hermanas, les desafío a un nuevo año enraizado en la fe. A medida que pasen las semanas y meses, debemos esforzarnos en seguir a Cristo como el Camino, la Verdad y la Vida, conocer más a nuestro Señor. Hemos de tener nuestras raíces en la Gracia salvadora y arraigada en el amor, de modo que cada gesto y palabra esté firmemente enraizada en Cristo. 

Me gustaría conocer sus opiniones sobre este escrito, así juntos seguimos aportando a que el nombre de Jesucristo sea glorificado en nuestras vidas e iglesia.
Que el Señor bendiga vuestros esfuerzos. Feliz año 2013.

C. Iván Flores Hernández, pastor titular.

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