miércoles, 1 de febrero de 2012

Reflexión: NO QUIERO

No quiero manipulaciones de lo sagrado para demostrar la presencia de Dios. No quiero intentar “ajustar” los actos divinos a las expectativas de auditorios ávidos por señales venidas del cielo. Si Dios prefiere que mi fe se base apenas en el testimonio de hombres y mujeres del pasado, me quedo satisfecho, sin exigir ninguna manifestación sobrenatural.

Quiero ver a la iglesia actuando mejor en la política. Entiendo que es el deber de toda religión la defensa de la justicia. Quiero que se abogue por los pobres (representados por huérfanos y viudas), se asuman posturas sobre los sutiles engranajes de la muerte, y se sepa discernir el peligro del “mundo”. Quiero ver a la iglesia haciendo Política (así mismo, con “P” mayúscula).

No quiero participar de campañas de candidatos “oficiales” de ninguna institución. No tolero que algunos pastores todavía piensen que las iglesias necesitan de representantes electos. No quiero tener “muchachos de los mandados” en las cámaras y las asambleas. No quiero hacer política (con “p” minúscula). No quiero disputar por el poder.

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